PASTOR TOMÁS VILASECA DIRECTOR DE LABORATORIOS KAPYDERM
“CADA DÍA MÁS PROFESIONALES ABRAZAN LA DERMOTRICOLOGÍA PORQUE NOTAN LA DIFERENCIA”
25 AÑOS CUIDANDO DEL CABELLO CON RIGOR CIENTÍFICO
LABORATORIOS KAPYDERM
Por Mayte Martínez
Hablamos con Pastor Tomás Vilaseca, un hombre que se define como emprendedor, inquieto y muy exigente consigo mismo. Una persona visionaria que hace 25 años sintió la necesidad de crear un nuevo concepto en el mundo del cuidado del cabello y diseñó su propia marca, Kapyderm, cuyo nombre deriva de ‘capilares dérmicos’, por su rigurosa base científica.
Coiffure Professionnelle: Kapyderm, capilares dérmicos. ¿Estamos hablando de productos que podrían ser recomendados por el dermatólogo?
Pastor Tomás Vilaseca: Sí, de hecho, nuestro origen es un laboratorio farmacéutico. Todo el concepto de elaboración de productos, metodología y espíritu nace siempre tras previo análisis y estudio tanto de la piel como del cabello. Para su correcta administración debería ser indicado por personas altamente cualificadas, como podrían ser un médico, un especialista, un dermatólogo o un dermotricólogo, que es la ciencia que nosotros hemos patentado. Es un producto que está en los canales cosméticos, pero todo su concepto es científico, médico.
CP: Según esto, casi se necesita tener un título para trabajar con Kapyderm.
PTV: Nuestro sistema se vertebra, sobre todo, en formación constante que es lo que impulsa el futuro y es lo que diferencia a un profesional. Nosotros formamos al peluquero en dermotricología, el estudio de la piel y el cabello en cuanto a su salud, mantenimiento y depuración, así como las terapias de las disfunciones que presenten. Para ello organizamos congresos, talleres sobre aparatología, prácticas de diagnóstico, incluido hacemos un curso de superación profesional. Tenemos un máster de dermotricología y estamos intentando negociar con el ministerio de educación y ciencia para poder dar una titulación oficial.
CP: ¿Son productos para problemas capilares o también para cabellos sanos?
PTV: Pueden usarse tanto para problemas (psoriasis, dermatitis o rosácea de cuero cabelludo), como en otros casos más sencillos; los resultados son puramente satisfactorios. La clave está en aplicar los tratamientos adecuados al tipo de cabello, para la salud y la higiene, sin efecto rebote. Todo el mundo necesita un producto específico porque un champú inadecuado puede crear un problema. Por ejemplo, si alguien tiene descamación del cuero cabelludo por haber tomado el sol y elige un champú para la caspa, cuando lo que tiene que usar es un champú hidratante, lo que está haciendo es atacar a la piel. La higiene tiene que estar controlada porque no siempre sabemos qué debemos usar.
CP: ¿Y el profesional peluquero está preparado para saber exactamente qué tipo de champú necesita cada cliente?
PTV: Si trabaja con Kapyderm sí, porque forma parte de nuestros cursos, de nuestra formación, aprenden a hacer un diagnóstico. Nosotros tenemos una aparatología específica que muestra cómo está la piel (seca, grasa, tiene tapones córneos, descamación, etc). Con la microcámara puede verse qué produce un problema. Siguiendo con el ejemplo de la descamación, los motivos pueden ser muchos: una bacteria, irritación a un producto inadecuado, reacción a un medicamento, que esté tomando poca agua… El peluquero, con la formación adecuada, puede hacer una analítica y diagnosticar el producto exacto. Si acude a nuestros cursos se convierte en un peluquero dermotricólogo, puede afrontar los retos dermocapilares de forma mucho más profesional y cuidando la salud de sus clientes, que en definitiva es de lo que se trata.
CP: 25 años es un largo camino, ¿cómo fueron los inicios?
PTV: Con mucha ilusión, trabajo y ganas. Vimos en el mercado un vacío, un hueco que no se trabajaba todo lo serio que debiera. Poco a poco hemos ido planteando la dermotricología por todo el mundo, explicamos el porqué de la diferencia y sus ventajas. Cada día más profesionales y clientes abrazan esta filosofía porque notan la diferencia.
CP: Y esto lo dice Pastor Tomás Vilaseca, de quien partió la idea. ¿Quién es exactamente?
PTV: Un ser humano ya bastante mayor, que estudió una cosa que nunca ha practicado (filosofía), que se ha hecho a golpe de mucho trabajo, mucho esfuerzo. Creo que es un emprendedor, una persona muy inquieta, muy exigente consigo mismo, un visionario, que le gusta mirar el futuro.
“Nos sentimos con más experiencia, más capaces, cada día hacemos las cosas mejor. Hemos alcanzado metas, pero no hemos terminado. La historia Kapyderm está comenzando”.
CP: ¿Qué le empuja a dejar la comodidad de una empresa y lanzarse a su propia aventura?
PTV: Seguramente el desconocimiento de lo que nos esperaba (risas). Las ganas de hacer cosas, la valentía, el tener un proyecto claro de futuro, estar convencido de que hacía falta un espacio en el mercado, que nuestras ideas eran coherentes y tenían una lógica muy real, la inquietud de querer hacer cosas con y por los demás. Lo volvería a hacer mil veces, porque la satisfacción del deber cumplido está por encima del sacrificio.
CP: ¿Cómo cambia la situación desde el punto de vista de implicación con el producto?
PTV: Cuando eres el dueño tienes que sacar un producto acorde con tu forma de pensar y actuar. Te involucras mucho más y estás más cerca de químicos, directores de farmacia, pruebas… las cosas día a día. Conocemos el mercado desde la parte comercial, científica y como fabricantes. Cuando el producto es tuyo, lo sientes con más pasión. Forma parte de tu vida. Es como respirar.
CP: ¿Esconde algún miedo?
PTV: No, surgen dudas de cómo hacerlo mejor, pero miedo no. Las personas que creemos en nuestro proyecto no debemos tener miedo a caernos porque, si sucede, nos levantaremos. El que se cae y se levanta siempre está de pie.
CP: ¿Y por qué el canal profesional?
PTV: Aunque lo ideal parecería un dermatólogo, la gente va al especialista cuando el problema es muy grave, pero, para lo que es el día a día, el que está más en contacto, tocando la piel y el cabello, es el peluquero. Y con la preparación adecuada es el prescriptor idóneo para recomendar, controlar y paliar las afecciones, desde las más pequeñas, relacionadas con la higiene, a las más importantes como una psoriasis o una dermatitis.
CP: ¿Es dura la competencia?
PTV: Como tal, no tenemos, porque lo que hacemos no lo hace nadie. Si llamamos competencia a vender un champú, es atroz, pero lo que es aplicar la dermotricología, la formación, los estudios… Como Kapyderm, nadie.
CP: ¿Son los únicos que tienen productos dermotricológicos?
PTV: Como tal, sí, lo tenemos patentado a nivel mundial. Pero no solo por eso, es por nuestra práctica. Son los ingredientes, la experiencia, la fórmula, los conocimientos, la aparatología, los métodos de trabajo. El producto es una parte, no es el todo. Es decir, no es solo tener un buen producto, es saber cómo, cuándo y para qué se utiliza. Eso es lo que nos diferencia.
CP: ¿Cómo se mantiene el reconocimiento de las cosas bien hechas?
PTV: Primero, siendo muy serios, luego, dando respuesta a las expectativas que tienen de nosotros, después y lo más importante, haciendo algo que nadie hace, de una forma distinta. No nos movemos por una tendencia de moda, si no está en nuestra filosofía, no lo hacemos. No sacamos un producto por sacarlo.
CP: ¿Cómo aúnan belleza y salud?
PTV: La belleza empieza cuando hay salud, si la salud falla, la belleza se deteriora. De ahí la importancia de saber qué productos hay que usar y por qué, si atacan a la salud al final afectan a la belleza. Hay champús que dejan el cabello bonito, pero por su composición, a la larga, están dañando la fibra capilar, contaminando la piel, asfixiando el cabello. A corto plazo hay un brillo impresionante, pero más tarde probablemente generará reacciones en el cuero cabelludo, picores, descamaciones… Desde Kapyderm, creemos que la salud es la base fundamental para la belleza y que esta ha de buscarse siempre sin perjuicio para la salud, sea del ca-bello, de la piel o de cualquier otro aspecto.
CP: ¿Qué se siente al cumplir 25 años?
PTV: Que la vida pasa muy rápido (risas). Mirando atrás, son muchas batallas ganadas. Se siente uno muy orgulloso, aunque hubiéramos querido hacer más cosas, pero quedan otros 25 por delante (risas). Nos sentimos con más experiencia, más capaces, cada día hacemos las cosas mejor. Hemos alcanzado metas, pero no hemos terminado. La historia Kapyderm está comenzando.
CP: ¿Cómo lo están celebrando?
PTV: Hicimos un congreso en marzo y una fiesta con invitados de todas las ramas del gremio; hemos estado haciendo celebraciones con los profesionales; entregando diplomas a nuestros clientes más antiguos (tenemos personas que llevan 25 años trabajando con nosotros, desde que salimos), trofeos a quienes asistieron al congreso. Hemos homenajeado y agradecido la fidelidad. Y todavía nos queda la celebración en Madrid, con nuestros clientes, que será en el marco de Salón Look.
[bctt tweet=”“Nos diferencia del resto el sistema de trabajo, de enseñanza, los resultados, la seriedad, los productos sin efectos rebote, la ayuda al profesional”.” username=”lab_kapyderm”]
CP: ¿Cuándo dan el salto a la estética y por qué?
PTV: Todo lo aplicable al cuero cabelludo es aplicable a la piel. Poco a poco, se fue generando una necesidad. Los mismos profesionales que lo usaban en el cuero cabelludo lo usaban en otras zonas de piel, con muy buenos resultados. Entonces empezamos a experimentar hasta que creamos un departamento de estética. Tenemos patentado el término Kapystetic y vamos a sacar una línea con productos nuevos a final de año.
CP: ¿Cómo se dibuja el inmediato presente de Kapyderm?
PTV: Trabajando día a día.
CP: Los productos Kapyderm se distribuyen actual-mente más allá de nuestras fronteras. ¿Hasta dónde quieren llegar?
PTV: A donde podamos. Nuestro método de trabajo es aplicable al mundo entero. Hoy estamos en 11 países y seguimos creciendo.
CP: ¿Cuál es el logro que más satisfacción le produce?
PTV: El respeto de la competencia, de las personas que han colaborado con nosotros, la satisfacción del deber cumplido, de haber contribuido al éxito de muchos grandes profesionales, de ver que todo aquello por lo que luchas va funcionando.
